Los personajes  tiernos en mayor escala u otra estarán presentes en la obra. Estos pueden ser objetos reales y existentes, cotidianos, o bien pueden ser creados, como viene a ser el caso de “El bicho”.

A través de añadirle ojitos a los objetos cotidianos me encanta reflejar como con  algo tan simple como dos círculos negros con un par de brillos y corazones se puede transmitir una sensación de ternura y gracia hacia un objeto que normalmente pasa desapercibido o se ve con otros propósitos.

En el caso de el bicho culón pasa al revés, busco conseguir escenarios o atmósferas cotidianas y cercanas a la realidad para crear un mundo en el que el espectador se sienta identificado o al menos con un sentimiento familiar a lo que está viendo. Por medio de sus rasgos redonditos y humor, mis personajes querrán generarte alegría, provocarte emociones, evocar recuerdos o crear fantasías. Intentarán que te preguntes acerca de todos estos eventos a los que has ido en los que te has identificado a ti o a tus amigos y conocidos, como es en el caso de las obras de las fiestas.

El objetivo no es representar el costumbrismo, ni el arraigo, ni escenas conocidas. El objetivo es que cuando observes un personaje te entren ganas de hornearle galletas y de cuidarle.

Utilizo diferentes técnicas porque al igual que en todas las manifestaciones de la naturaleza, hay fuerza en lo diverso, es lo que le da belleza a todo, permitiendo expresar mejor la ternura que se necesita transmitir.

En el caso de las obras en las que no hay ningún personaje representado ocurre lo mismo, a través de referencias a la naturaleza o a la comida se busca crear un sentimiento de dulzura.